Los bienes comunes son aquellos recursos naturales que son usados, manejados y cuidados de manera colectiva en un territorio biodiverso. Los bienes comunes están vinculados directamente con la memoria ambiental del terriorio; un territorio que se entiende como, pues incluye las múltiples relaciones de los recursos con los saberes, conocimientos, identidades, sentidos y significados que una comunidad le otorga a ellos, y siempre sobre la base de ser recursos colectivos.
Se avizora la nueva fase del capitalismo, denominada fase de transición hacia el capitalismo cognitivo. Esta fase se explica desde una nueva política de apropiación y privatización de los recursos infinitos; es decir, la producción de ideas, proyectos, metodologías, lo que implica que toda la producción intelectual (académica y subjetiva) puede ser objeto de privatización. En ese marco de la disputa de la economía de los recursos infinitos, emergen dos posibilidades o campos de actuación: asumir las rutas y parámetros privatizadores del capitalismo cognitivo o procurar construir una alternativa política que se resista al capitalismo cognitivo. A esa alternativa se le denomina lucha por los bienes comunes.
La teoría de los bienes comunes reivindica un sistema económico basado en el conocimiento colectivo, pues ante todo busca recuperar el sentido de lo público y lo común, aquello que es connatural al conocimiento. Desde esta perspectiva se recupera el conocimiento de la forma de bien escaso, es decir, recuperar el conocimiento, la innovación, la creatividad y las ideas como un bien público, como un bien común, como un bien que se construye deliberadamente desde una administración colectiva. Se trata entonces de un sistema cognitivo lo más abierto, lo más libre, que asegure la sostenibilidad y preservación del sistema por parte de las personas y los colectivos sociales que son los principales generadores de conocimientos desde sus prácticas sociales.
El principio fundamental que promueve la defensa de los bienes comunes es el de la preservación social, colectiva y pública de los bienes comunes intangibles (conocimientos, saberes, creatividad) y los bienes comunes tangibles (el agua, el aire, los recursos naturales) dentro de la propia comunidad, que es la que genera el conocimiento más allá del propio Estado. Es la recuperación del sentido de lo común del conocimiento, pero también la recuperación del sentido de lo público del bien conocimiento.
La propuesta que fundamenta políticamente la reflexión sobre los bienes comunes es la de romper teóricamente con lo que se denomina la tragedia de los comunes y la tragedia de los anti comunes, y buscar la construcción de un espacio en que las ideas y la información circulen libre, cooperativamente y conectadas, en pro del bienestar común. Es decir, pasar de la tragedia de los comunes, de la tragedia de los anti comunes, a la virtud de los comunes.
La diferencia entre el capitalismo cognitivo y la economía social de los conocimientos o la economía de los bienes comunes es que, el conocimiento en el capitalismo cognitivo se construye artificialmente como un bien escaso; en el caso de los bienes comunes los conocimientos (valores intangibles) se busca que se construya como un bien infinito y los bienes tangibles (recursos naturales) son sujetos de protección y preservación.
El conocimiento en el capitalismo cognitivo tiene un enfoque completamente de un bien privado, el bien conocimiento. A los bienes comunes le interesa es recuperar el sentido de lo público, de lo común del bien conocimiento. En el capitalismo cognitivo hay desprecio por el conocimiento cotidiano, aunque cada vez menos. En la perspectiva de los bienes comunes se da una revalorización de la pluralidad del conocimiento.
Otro tema fundamental en el capitalismo cognitivo es considerar la supremacía de valor de cambio, aquello que genera utilidad. En la perspectiva de los bienes comunes se concibe una supremacía del valor de uso, es decir, cuál es el impacto que tiene ese conocimiento. En el capitalismo cognitivo lo que se busca es la maximización de utilidades del conocimiento por el agente privado. En la perspectiva de los bienes comunes se da una maximización de las externalidades positivas del conocimiento dentro de la sociedad.