La desaceleración es una propuesta que se plantea hoy como respuesta a la desmedida devastación producida por las prácticas de consumo, la acumulación y el despojo entre otros fenómenos, que produce el sistema capitalista y que someten a toda forma de existencia al dominio de la especie humana. Puede afirmarse que la desaceleración es hoy una urgencia si queremos defender esta casa grande que es el planeta tierra y la vida que en ella habita, pero implica un compromiso más allá de lo que a veces podemos aceptar.
Por ello, es importante señalar las razones que justifican la desaceleración como propuesta política. El modelo económico se propaga como una maquinaria de expropiación, empobrecimiento y muerte a lo largo y ancho del planeta, su dinámica de acumulación despoja de sentido vital a la humanidad, confinándola a niveles casi absolutos de instrumentalización por producción, precarizando la existencia y generando cada vez menos posibilidades para que las personas puedan construir proyectos de vida con dignidad.
La existencia de este modelo económico que trivializa y hace superflua la vida humana es inaceptable, también porque somete a otras formas de existencia a su dominio y cosificación; seres sintientes en cada lugar del planeta son manipulados a través de experimentos, producidos, consumidos, eliminados y extinguidos por la ferocidad de un consumo que no tiene fin. El agua en todas sus formas, la tierra, los minerales, el aire son manoseados al amaño de los intereses neoliberales sin ningún escrúpulo, siempre que puedan servir al narcisismo humano, el lujo, las comodidades cotidianas.
Dado que en este modelo económico todo se convierte en medio y el único fin es la acumulación de riqueza para unos pocos, la aceleración devastadora es su más valiosa consigna; reducir los tiempos de extracción a todo nivel, de producción en todos los ámbitos, de goce en cada escenario vital para lograr la mayor eficiencia en la distribución y consumo. Esto sin mencionar que cada producto producido en este engranaje se convierte en un desecho difícilmente asimilable por el planeta, lo que genera una ola desproporcionada de basura que contamina y envuelve todo. De continuar de ese modo la existencia será pronto un imposible.
La desaceleración es por tanto una renuncia a los modos de vida de confort superficialidad a los que estamos acostumbrados, es un retorno a prácticas sociales biodegradables, de mínimo impacto y fundamentadas en el profundo respeto a toda forma de existencia.