Rap: música urbana emergente
Presentamos una reseña del proyecto de investigación Cartografía social y virtual de mujeres en el rap. Caso Medellín y Área Metropolitana.[1] En este proyecto interesa explorar las prácticas cotidianas agenciadas por las mujeres raperas, aquellas que logran componer sus propias líricas y transitar por una vida artística, así como reconocer las formas como sus creaciones musicales generan procesos de subjetivación que marcan cambios en los sujetos y en los lugares asignados a las mujeres dentro de las comunidades, los procesos organizativos locales y los espacios públicos y domésticos.
La metodología utilizada para el proyecto serán los relatos biográfico-narrativos y autobiográficos y la cartografía social y virtual. Los primeros permitirán a las mujeres narrar sus experiencias vitales y subjetivas en su tránsito por el Hip Hop y la socialización de estos con otras mujeres. La cartografía social permitirá conocer como estos trayectos vitales se entrecruzan entre sí en espacios y tiempos de coincidencia y distancia.
El Hip Hop de Medellín y su área metropolitana se presenta como una de las diversas y complejas formas de organización y movilización juvenil, que desde el sentido popular juvenil resignifica y recrea la noción de tribus urbanas, contracultura y subculturas juveniles, categorías conceptuales que por varias décadas han hecho presencia en la ciudad y al permear las lecturas sobre los jóvenes y han impedido comprender y abordar las culturas juveniles como espacios propios que gozan de una producción y creación cultural propia y alternativa, que a su vez, confrontan las imágenes amañadas de jóvenes dispuestos y propensos al consumo, propias de las intervenciones público –privadas dirigidas a la juventud.
El rap es una herencia de las barriadas neoyorquinas donde vivían comunidades afroamericanas y de inmigrantes latinos, a inicios de los años setenta. En sus orígenes se reconocen al grupo de músicos y poetas The Last Poets y al colectivo Zulu Nation liderada por Afrika Bambaataa, entre otros: los primeros, sentaron las bases del hip-hop por sus versos poéticos y por el carácter contestatario de sus letras lanzadas en el espacio público; en la segunda, Bambaataa, proveniente de una pandilla del Bronx, logró vincular muchos jóvenes de estos barrios empobrecidos a los toques realizados en la calle con la manipulación de vinilos, la improvisación vocal-musical del rap y el baile de break. El origen de la palabra «rap» no es muy claro. Algunas personas dicen que es el acrónimo de Rythm American Poetry o de Rythm And Poetry. En este ambiente surgió también la figura del MC (Master of Ceremony), quien animaba las fiestas callejeras con rimas que narraban eventos locales
Estos componentes conformarían lo que hoy conocemos como hip-hop, un movimiento cultural que reúne música, baile y arte. Entendiendo este contexto, es posible identificar los referentes que le dieron origen y que se consideran esenciales en el rap. El género rap ha tenido un claro referente africano, un carácter urbano y marginal y un componente político, por sus líricas contestatarias y su valor identitario (jóvenes de barriadas populares). El rap se ancla en una tradición estético-musical de la diáspora africana de Estados Unidos y el Caribe –muchas de las primeras figuras de los años setenta tenían origen antillano–, por lo que se emparenta con los cantos espirituales negros, las canciones de trabajo y las canciones de juego afroamericanas. En estas formas musicales, las rimas cantadas y los estilos poéticos evocan las tradiciones orales de los griots africanos. En cuanto al carácter urbano en el que nació el rap, este no ha perdido vigencia: la calle y el barrio siguen siendo los espacios de inspiración, aprendizaje, difusión y fogueo de las y los MCs; allí aprenden, practican y circulan su arte, y es en estos espacios donde logran reconocimiento social y artístico. Además, la marginalidad de los barrios donde se originó el rap, es similar a la de Cantante, poeta y trovador de las historias locales tradicional en el África occidental. los barrios donde sigue circulando en el presente, la cual sin duda determinó el tinte contestatario de las canciones. El rap es también una práctica cancionera y una práctica corporal. Una dimensión que no hemos tratado al describir el aspecto musical del rap, y que es central para entenderlo, tiene que ver con la idea de que es una práctica cancionera.
Músicas urbanas: lugar de la resistencia estética y política
Sólo en los últimos años en Colombia, y específicamente en Medellín, se ha explorado las dinámicas organizativas juveniles desde el arte y la resistencia estética, al reconocer el potencial transformador y formativo de los y las jóvenes desde el hip hop; renovadas rutas de investigación indagan y recrean los vínculos entre estética, política y escuelas populares. Gracias a la relación entre el mundo estético y formas organizativas innovadoras, los y las jóvenes han incorporado de manera intrínseca, en las creaciones artísticas (rap-MC, break, graffiti, DJ), nuevas formas de expresión y participación juvenil, que dinamizan y promuevan, desde los propios procesos juveniles, otras maneras de entender, asumir y gestionar la política y la acción social comunitaria.
En las culturas juveniles se reconocerá entonces el papel central que cumple la música, entendida como una fuerza identitaria juvenil, que además potencia la posibilidad de creación y producción cultural de los jóvenes para los jóvenes. Se trata de una elección que supera el gusto y la finalidad por un género o estilo musical, para convertirse en la fuerza que marca la existencia y la identidad colectiva, haciendo posible el encuentro cara a cara entre los y las jóvenes; este encuentro, a su vez, cumple con las condiciones de reciprocidad (al compartir el gusto por la misma música) y la de co-presencia (confluir en los mismos territorios); estas son las condiciones indispensables para la construcción de una identidad colectiva (Garcés, Tamayo y Medina, 2007, p. 201).
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En un marco más amplio, al revisar las expresiones estéticas juveniles bajo la triada estética-política-escuelas populares, se busca cuestionar “el proyecto de signo eurocéntrico, masculino, adulto y blanco que invisibiliza en Latinoamérica a indígenas, negros, mujeres y jóvenes. Después de 70 años declarada el transito de la modernidad (1930-2000), los excluidos han vuelto al centro del debate y hacen visible la incapacidad de ese modelo modernizador para incorporar la diferencia, sin convertirla en desigualdad” (Reguillo, 2000, p. 146). Y, lamentablemente, en Colombia las investigaciones dirigidas a los jóvenes mantienen un sesgo epidemiológico y criminológico al dirigir sus estudios a “jóvenes vulnerables” y “jóvenes en riesgo”; allí se privilegia una mirada signada por problemas sociales, como si éstos fueran inherentes a los y las jóvenes. Resulta urgente reconocer la importancia de las expresiones juveniles estéticas como lugares alternativos de acción estética y política. Es posible, entonces, ver en el hip hop “una expresión estética que reacciona en contra de aquello que normalmente se consideraba el reino de la política, y reconocer como “el arte se convirtió en la condición de la libertad y de la igualdad de una comunidad sensorial nueva” (Zepke, 2007, p. 57).
Memorias sonoras: Relatos de mujeres en el rap
Reconocer los trayectos vitales de las mujeres en el hip hop en Medellín y Área Metropolitana, implica, necesariamente, rescatar sus voces, sensaciones y biografías. Las historias, anécdotas y denuncias expresadas por las mujeres raperas han sido recabadas gracias a la disposición de diversas mujeres que representan la escena hip hop urbana y rural. Se trata de mujeres que se mantienen firmes en sus propuestas artísticas, a pesar de la marginación e invisibilidad del mundo masculino. En este sentido, resaltan las acciones artísticas de Mary Hellen, Nana Morales, La Fiera, KarenEfe, AguaMaria, Yemaya,, …. mujeres que han permanecido vigentes en la escena hip hop de Medellín y Colombia. Para recoger sus voces e historias, acudimos a la técnica de investigación basadas en el diálogo de saberes, que privilegia el encuentro a través de la conversación, con la premisa del reconocimiento mutuo y la escucha reflexiva.
Las mujeres fueron convocadas a participar en el programa Memorias Sonoras. Mujeres en el rap, y conversamos alrededor de tres peguntas: ¿Cómo ingresa la mujer en el hip hop? ¿Cuáles aportes personales realiza cada una a la cultura hip hop? ¿Los diversos sentidos existenciales y subjetivos que las lleva a escribir sobre sí misma y su protagonismo en las líricas rap?
Veamos algunos relatos para reconocer el gran contraste de formas de abrazar el rap como estilo de vida, y sobre todo como elemento creativo que reconfigura las rutas artísticas de las mujeres en el rap.
AguaMaría
¿CÓMO llega el rap a tu vida?
Al salir del cascaron en la adolescencia, y rondar por fin la calle, el centro, la noche, aparece al rap, el hip hop, el rockarol, que es la voz de la calle. Agradezco a Alkoricos por ser la vos del barrio, y ese canto llego al Sur (Caldas), gracias a conciertos en espacios abiertos como canchas y calles del barrio. Aprendí a ver el rap sin conflicto con femenino y lo masculino, acercarme tranquila a su escena y comenzar a improvisar rimas. Así logra crear en la vereda La tablaza “Batallón cloaca”, tenía apenas 15 años, pero era el momento para empezar a escribir, leer, rimar. Sentarse a escribir por grupos y luego rotar la creación colectiva. Después de estudiar guitarra, llega al rap, y al rokcaroll, nace el proyecto La banda del infierno azul, gran mezcla de lo acústico, lo campesino. Cuando se acaba la banda. Solo queda una canción grababa…. Con estilo rap y la fuerza de componer. Alli nace la canción “claroscuro” y “olor a oscuridad”, que se guarda hasta el 2019, grabada con Captul. Primera grabación 4 canciones. 2014 a 2019. Disco Claroscuro. Grabar entre ahorros y apoyos colectivos.
CATO PUENTES
De niña que música estaba en tu vida
Desde muy niña me vincula a la música, estaba en el coro de la iglesia, me presentaba en el colegio y en encuentros barriales. Ya adolescente decido hacer mi propia música porque, aunque disfrutaba cantar canciones de otros artistas, no se sentía identificada. Todo empezó de forma empírica, hasta que se encontró con Rigazz Tarmac de la agrupación Tarmac Reggae. Él me explicó la importancia de la melodía, del tempo, aunque los usaba de forma empírica, no sabía sus nombres y funciones en la interpretación musical, por eso, sus inicios se reportan en el reggae. Después conocí el Dancehall y me enamoró por sus liricas con mensajes de protesta y fiesta. Cuando me voy a vivir al barrio La Aurora, mis amigos me invitaron a los encuentros FreeStyle porque se dieron cuenta que tenía talento para la música. Me sentí tan identificada con el rap, me hizo sentir otra mujer. Y además Descubro que en el Rap puede fusionar géneros caribeños, tango, boleros.
Durante el trabajo de campo se asume buscar formas de encuentro y articulación entre las Mujeres raperas de Medellín, para explorar diversas posibilidades de acción y de articulación artística y feminista de forma creativa y reflexiva. Se desarrolló entonces, las serie radial Memorias sonoras-Relatos de mujeres en el rap en Medellín; esta serie radial hace un significativo aporte a la recuperación de los relatos y las memorias de mujeres jóvenes que han sido protagonistas en la construcción de la escena del Hip Hop en la ciudad de Medellín. Los oyentes podrán visibilizar los trayectos vitales de las Mujeres Raperas en relación a la construcción de su arte, al sentido social y reivindicativo de sus líricas y el reconocimiento de las lecturas del contexto de la ciudad que han sido determinantes en la construcción de sus propuestas artísticas y la formación de su ser y hacer político desde el Rap.
Referencias bibliográficas
Garcés, A. (2014). “Resistencia estética juvenil. Derivas masculinas y femeninas a través del hip hop”. Revista Versión. Estudios de Comunicación y Política. 33, pp. 93 -114. https://versionojs.xoc.uam.mx/index.php/version/article/view/586
Garcés, Á., P. Tamayo y D. Medina (2007), “Territorialidad e identidad hip hop en raperos”, Revista Versión. Estudios de Comunicación y Política, 16, pp. 199-213.
Reguillo, R. (2000), Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del desencanto, Buenos aires, Grupo Editorial Norma.
Riaño, P. (2006), Jóvenes, memoria y violencia en Medellín. Medellín, Universidad de Antioquia
[1] Equipo de investigación: Ángela Garcés Montoya, David Leonardo Jiménez, Nora Margarita Vargas, Camilo Vásquez. Auxiliares: Valentina Urrego, Camila Muñoz, Karmen Flórez Díaz. Investigación financiada por Universidad de Medellín y Universidad Autónoma Latinoamericana.