Territorio biodiverso es el escenario en el que se crea y reproduce la vida. No sólo comprende el lugar que caminamos o los límites de un mapa, también es una construcción multidimensional de encuentros diversos, que resulta de interacciones biológicas, sociales, culturales, económicas y políticas que se desarrollan en un espacio físico y simbólico. Así mismo, se establecen la identidad cultural, la acción colectiva, la memoria ancestral, el conocimiento, el arraigo, las prácticas y el aprendizaje continuo entre los seres humanos y la naturaleza.
Adicionalmente, un territorio biodiverso no sólo comprende una visión antropocéntrica, sino que también contempla las diferentes expresiones biológicas que interactúan en ciertas temporalidades, espacialidades y con las distintas formas de vida que cohabitan entre sí.
Se reconoce que el territorio tiene memoria colectiva, que incluye todas nuestras historias y las de nuestros pasados, conflictos, culturas, sueños, encuentros y desencuentros, entendiendo que la naturaleza está viva y que nuestras historias se cruzan con la de ella.
Finalmente, por la gran diversidad cultural que poseemos en Colombia, resaltamos la importancia de entender este concepto según el lugar de enunciación y las experiencias de cada pueblo, contexto y comunidad, es decir, que su definición debe ser de manera colectiva de acuerdo a la memoria social-ambiental y a las múltiples formas de conocimientos.