Encuentro Tránsitos hacia la Reconciliación

Las jornadas Internacionales de Educación, Lenguaje, Literatura y Cultura se han consolidado como un espacio de reflexión, diálogo y sentido crítico en torno a los discursos y prácticas que inciden en el ámbito educativo, propiciando una relación natural entre las líneas del evento. En este sentido, se ha incentivado el pensamiento crítico que recae sobre los problemas propios del campo de la educación, entendiendo esta como un proceso de construcción democrática de la academia en el marco de la pedagogía. Lo anterior ha permitido articular colectivos que suman sinergias a partir de propuestas de investigación, surgidas de las reflexiones, prácticas e intereses de docentes y académicos.

 

Con la elección del tema Tránsitos hacia la reconciliación hemos optado y asumido el riesgo del movimiento, antes que la comodidad de la tibia quietud. El tránsito, además de expresar lo que está siendo en su devenir mismo; connota lo inacabado, por encima de lo pleno, de las certezas que nos garantizan confianza y tranquilidad. Los trayectos convocan acciones de búsqueda, parten del reconocimiento de una dialéctica permanente entre el presente y lo porvenir. Es lo que todavía no es, pero se atisba, se presienten sus formas en construcción.

Pensar en la oruga y en su transformación en mariposa, puede servirnos para entender el sentido del tránsito. Entre la una y la otra hay una paciente espera; la oruga no sabe, es posible que lo intuya, que su conversión, su tránsito a mariposa sea ambivalente. Lo es porque significa su muerte; sin ella, la mariposa no podría celebrar la vida. La oruga fue ese tiempo de maduración necesario; la mariposa esa fugacidad de una existencia. Posiblemente tarde más la formación de las alas que el tiempo del vuelo mismo, pero la oruga está orgullosa de haber hecho posible, que la bella mariposa volará y en ese vuelo conociera la fresca brisa o el sol radiante. En este juego, en el que no hay otro propósito que rondar el significado del tránsito, estamos frente a un ejercicio semiótico.

Lejos de estar buscando la definición certera, aquella que reposa en el diccionario, estamos proponiendo una analogía que nos ilustra el sentido, muchas veces trágico, pero maravilloso del trayecto; de este modo, no hay pretensión de certeza, de univocidad, de transparencia; hemos preferido el camino de la naturaleza que nos invita, con la simplicidad que habita la belleza, a develar los sentidos inéditos, aquellos que pueden potenciar la emergencia de algo que aún no sabemos qué es, pero que presentimos, se encuentra en plena germinación. Como país sabemos mucho de violencia, mucho de este saber, no es de conocimiento, sino más bien de experiencia. Saberes que están tatuados en la epidermis y desde allí susurran entre el dolor y el miedo, entre la tristeza y la indolencia. Como lo diría Martín-Barbero (2009) nuestros imaginarios han sido tejidos con el odio, el miedo y el desarraigo; nuestras memorias están teñidas de sangre; aún abiertas las heridas nos cuesta imaginar otros mundos posibles. Este país ha detenido la esperanza; la aprieta entre los grandes muslos de ese monstruo que es la guerra. Sin embargo, este mismo país que tanto nos duele, hace rato que, en los más recónditos parajes de las márgenes, viene tejiendo, entre retazos de memorias múltiples,  una  paz que merece ser narrada.

Previo a que la institucionalidad hablara de acuerdos de paz, ya las poblaciones, las comunidades más golpeadas por el conflicto y sus múltiples violencias, los colectivos juveniles, estaban hablando de memoria, poniendo a rodar la palabra para no olvidar a quienes perdieron la vida en esta guerra fratricida. Las comunidades campesinas del Cauca, de Putumayo, del Pacífico Colombiano y de todos los rincones de este país que han puesto sin querer, sin consentir los muertos, son los mismos que han actuado en un intento valiente por conjurar los horrores de la guerra.  Estas mismas comunidades son las que hoy no permiten que muera la esperanza y para ello se juntan, ponen a circular las palabras, aquellas que remiendan las memorias. Este encuentro se propone, entre otras cosas, recoger los relatos, los sentidos que estos construyen y ponerlos en escena; en un diálogo con los relatos de la academia; todo ello a fin de disponer esas materialidades discursivas que potencien la emergencia de la narrativa de las márgenes, semillas que devuelven la esperanza de que es posible construir una cultura de paz y de reconciliación.

Si el tema del IX Congreso fue la reparación y el fin de las violencias; con el IV Encuentro de Actualización en Estudios Semióticos en articulación con las III Jornadas de Educación, Lenguaje, Literatura y Cultura queremos retomar la convocatoria porque los vientos de guerra siguen soplando. Consideremos que la academia tiene una responsabilidad con la construcción de apuestas de paz que auguren un futuro mejor para las nuevas generaciones. De este modo, convocamos a los maestros y a los estudiosos de la Semiótica en los múltiples campos de aplicación: la Educación, la Comunicación, El arte, las Ciencias Políticas, las Ciencias Sociales y Humanas y las Ciencias del Lenguaje para que participen en las III Jornadas de Educación, Lenguaje, Literatura y Cultura; y en el IV Encuentro de Actualización en Estudios Semióticos: Tránsitos hacia la Reconciliación.

Objetivos

  • Abrir espacios que potencien la reflexión, la discusión y la puesta en común de los hallazgos de investigaciones en narrativas y memorias; y aquellas que pueblan el campo de la semiótica en el eje temático: “Tránsitos hacia la reconciliación”
  • Propiciar espacios para que investigadores, docentes y estudiantes de pregrado y posgrado se actualicen en teorías, metodologías y en campos de aplicación de los estudios semióticos contemporáneos; de tal modo que pueden vislumbrar en estos estudios posibilidades teóricas y metodológicas para trabajar sus propios objetos de interés.
  • Poner en diálogo experiencias pedagógicas en ámbitos instituidos e instituyentes; así como reflexiones sistemáticas de organizaciones y colectivos que le apuestan a la construcción de memorias en vínculos con territorios y la restauración del tejido social.
  • Poner en escena expresiones y narraciones estéticas y artísticas que hacen posible la construcción de mundos semióticos ficcionales o reconfiguraciones de las realidades sociales violentas en el tránsito hacia la reconciliación.
  • Afianzar las relaciones interinstitucionales nacionales e internacionales entre académicos y científicos sociales, con miras a fortalecer procesos de docencia, investigación y extensión en el campo de la educación y en las líneas de los estudios semióticos y campos afines que fortalezcan la investigación en el País.

Líneas Temáticas

  • Reconciliación: después de situaciones de conflicto volver a crear lazos comunitarios, nuevas negociaciones, nuevos pactos que impidan repetir la problemática inicial. La reconciliación implica acciones con objetivos comunes, iniciativas que aportan a la construcción de una sociedad en paz,  mediante propuestas sociales, comunitarias y productivas, que conecten, inspiren y fortalezcan el trabajo colectivo en las regiones, para generar oportunidades, transformar comportamientos y reconstruir la confianza que se ha perdido después de medio siglo de conflicto armado en el país.
  • Memoria: capturar la propia historia, dejar fluir los recuerdos, no desde la oficialidad, sino desde el sentir, la experiencia y la reconstrucción comunitaria del pasado. Una reconstrucción del sentido a partir del encuentro de subjetividades. Se tienen en cuenta las voces que nunca se escuchan, las historias que no salen a la luz pública, la acción política de no olvidar.
  • Inclusión: pasar de la multiculturalidad -reconocimiento de la diferencia, de la existencia de culturas diferentes sin ningún tipo de integración en un sentido de reconocimiento de derechos, relación principalmente vertical entre culturas que daría continuidad al colonialismo- a la Interculturalidad, apuestas por diálogos horizontales, donde se busca un interrelación más equitativa entre los agentes sociales. Entender al otro en sus contexto, desde su propia lógica, respetarlo y escucharlo. También puede entenderse como la apuesta por superación de estigmatizaciones, discriminaciones o sesgos de índole sexual, racial, político, económico, académico, entre otros..
  • Bien Vivir y territorios: Recuperar la dimensión armónica de la relación sujetos, bienes comunes y territorios de sentido desde una mirada no antropocéntrica, dando lugar al reconocimiento de luchas ancestrales, de comunidades rurales y urbanas que reivindican la vida digna, la soberanía del territorio y la preservación de las alternativas de vida en común que tienen como principios fundamentales el diseño de alternativas de vida en comunidad autónomas, horizontales y solidarias, desde donde se resiste y se ponen en tensión los discursos y prácticas desarrollistas y donde se posicionan subjetividades, prácticas y narrativas sustentadas en el decrecimiento, la defensa de los bienes comunes, la protección de los derechos de la madre tierra, las luchas contra los modelos extractivistas y la construcción de espacios de diálogo de saberes entre conocimientos ancestrales, comunitarios, populares y epistémicos.

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